8 de agosto de 2010

Ya lo había dicho...

En mi antigua recamara en Nogales... pensé una vez:

No daré nada que hablar, ocultare mis más atormentados pensamientos…

No diré que me da miedo este concluyente y este empiece; En el cual tantos y tantos recuerdos y memorias solo se verán en un lejano – paso/olvido- En donde rostros quizás termine por olvidar, y si una vez vi su mímica solo quedaran fragmentos bórrales…

No diré que temo no ver el progresar de la familia, ver la vejez de mi buen amiga y compañera fiel por mas de 10 años – mi perra- A la cual el paso del tiempo empieza a ser notorio en su antes firme poce.

No diré que empiezo a tener visiones recurrentes del posible futuro, pero que por razones obvia trato de hacer caso omiso.

Y sobre todo no diré que… Por mas doliente que suene esto es real, y aun sabiendo que cosas que antes me encantaban se verán opacadas por futuras y prosperas alegrías, aun confieso estar triste, y si inteligente soy, no dire que estoy frenética, ávida, feliz, afligida, desesperada, inquieta, y muchas cosas mas que… claro, por razones eludes no mencionare.

Ahora si diré con toda mi lucidez, llena de una razón algo… extraña por así decirlo, dado que mi pensar en su juicio racional siempre se va por la tangente, se que dije de mas, o quizás no dije nada, pero quienes realmente me conozcan, sabrán que en realidad todo esto entona una sola palabra… Desasosiego, pero por primera vez se que es un miedo, mas no un temor, que si somos coherentes sabremos que se parecen mas no son iguales.